Pero mientras sigo recopilando coordenadas GPS, he recordado que Juan me enseñó fotos de la reconstrucción de Hobbitton de este verano pasado. Aquí os dejo los enlaces por si alguien quiere echarles un vistazo. Lo cierto es que ya tengo ganas de estar allí, después de que nos han confirmado que la granja privada donde se ruedan estas escenas sigue abierta a pesar de las obras. Prometemos colgar fotos cuando pasemos por allí! Yupiiii!!! Bailaremos y cantaremos debajo del Árbol de la Fiesta y... entraremos en la casa de Bilbo y Frodo!! Quéeeee fuerteeeeee....

http://www.collider.com/2009/07/18/the-hobbit-news-the-re-building-of-hobbiton-bag-end-has-begun/
http://www.theonering.net/torwp/2009/09/14/33483-33483/
http://www.themovieblog.com/2009/07/the-hobbit-set-construction-pictures

-Yolanda, tic tac tic tac contando los días-

written by  capitannemo on November 7, 2009 from Barcelona, Spain
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Ahora sigo yo, Yolanda, que Juan ya os ha contado mucho. Una vez duchados y limpitos (si es que nos conformamos con poco), salimos a dar una vuelta por la ciudad, más zombies que otra cosa. Hablamos de las 6pm. Yo no creo que tengamos Jetlag, yo más bien siento cansancio de no haber podido dormir de un tirón en los aviones. Claro, como te iban trayendo que si ahora la cena que realmente sería nuestro almuerzo, ahora un almuerzo a las 3am de la mañana de España, no sé… al final te acabas guiando por la luz que ves fuera del avión o en la ciudad que te encuentras, y te amoldas. Yo sólo tengo problemas con el sueño. Y eso que, como Juan cuenta, no tengo problemas en quedarme dormida en cualquier lado, pero claro, para un ratillo.

En Auckland está nublado, hace frío, ay no, que ahora sale el sol, ay no que se vuelve a nublar, uhhh, cuatro gotas de lluvia. En fin, como dice la canción “Four Seasons in One Day”. Y también tenemos hambre, así que decidimos coger un ferry hasta Devonport, una zona de Auckland enfrente de los muelles donde se celebró la Copa Mundial de Vela. Es bonito. El problema son los nubarrones que hay. Y el viento, así que paseíto corto para ver las casitas del puerto y entramos en un Thai a cenar a las 7pm. Sopita caliente, qué rica, una Thom Ka Kai, como siempre, rollitos, satay y algo más. Bueno, pero nos estamos durmiendo y pedimos la cuenta rápido para que no nos llamen la atención. Llegamos al ferry de vuelta y vuelvo a dormirme unos minutos… Uff, qué ganas de llegar al hostal y dormir.

A Juan no le ha gustado el hostal, es viejecito, es cierto, y las habitaciones no matan, pero bueno, por 17 euros la noche y con desayuno, está bien.

A las 9pm estamos durmiendo, y a las 6:45 en pie. Nuestra idea es ir a desayunar a las 7 para estar a las 8 donde la autocaravana… pero tampoco sabemos si tenemos que confirmarles antes que vamos… Así que mejor nos esperamos a las 8. Un señor que trabaja en el hostal, muy inglés él en cuanto a aspecto, pero muy simpático, nos busca cómo llegar. Serían 45 minutos en buses más 1.5km andando… demasiado con el equipaje que llegamos. Nos dice que nos llaman a un taxi y por 30-35$NZ nos llevan allí (está al lado del aeropuerto y nos han avisado que estamos fuera de la zona transfer donde te ofrecen recogida gratuita los de Apollo Camper). Es una buena oferta, pues es casi casi el dinero que pagamos en bus, y NO queremos volver a hacer la cuesta, aunque ahora sea de bajada, otra vez). Pero claro, con la autocaravana a cuestas, como los caracoles, no podríamos ver más de Auckland, que dicho sea de paso no tiene mucho para ver, lo que es la ciudad en sí. Así que dejamos el equipaje en el hostal y nos vamos a la Skytower, subimos hasta lo más alto a disfrutar de las vistas en los minutos que sale el sol (28$NZ por cabeza, 18 con carnet de estudiante). Subir vale la pena. Además vimos como por debajo de nosotros un loco se atrevía con el SkyJump, tirarse en caída libre desde una plataforma externa que tiene la torre, cogido por un arnés a casi 200 metros de altura, madre mía. ¡Si yo no era capaz de ponerme encima de las ventanas de cristal en el suelo (grosor 38cm) que tienen para ver las vistas! Ahí también tienen pasarelas para hacer un Skywalk alrededor de la torre, ni loca, vamos, ni loca. Ja ja ja, y yo que decía que quería hacer SkyDiving, me parto y me mondo!
Terminada la visita a la torre, cuando llegaba una clase de un colegio maorí (Juan quería una foto pero a mí me dio vergüenza), nos fuimos en busca del Domain Park, un parque enorme, precioso, con bosquecillos, caminos con pasarelas de madera, donde se encuentra el museo de la ciudad (Tamaki Paenga Hira – Auckland Museum). Es gratuito y vale la pena, definitivamente. Llegamos a las 12, después de subir, bajar, subir y bajar más calles. En la planta baja “Gente del pacífico” encontramos una casa maorí, una canoa de guerra, una zona de juegos de niños de muchas épocas, con casa de madera en el árbol y elefante a tamaño natural incluidos.

En la primera planta “Historia natural” se puede revivir cómo sería estar en una casa de la costa de Auckland y que un volcán hiciera erupción en la costa. Muy interesante, aunque a Juan, la sacudida le pilló de sorpresa y según él le dio un latigazo en la espalda. Hay una zona llamada “Weird&wonderful” para niños, donde puedes explorar, ver muchos animales disecados, es muy divertido. Y ya en la segunda planta “Cicatrices en el corazón” hace referencia a la 1ª y 2ª guerra mundial y a las guerras entre colonos ingleses y maoríes que han sido bastante sangrientas. Se ve que a día de hoy siguen llevándose un poquito mal a pesar de los tratados que se firmaron en Whaitangi. También en esta planta se recrean calles del Auckland de finales del siglo XIX. ¡¡Muy bonito!! Con lo que me gustan a mí esas cosas. Son casi las 2 y hay que irse para el hostal o no llegamos a tiempo a recoger la autocaravana. El taxista que nos lleva es gracioso. Nos pone música de la Gloria Stephan y dice que sabe bailar un poco de salsa… Al llegar a las oficinas de Apollo, vamos a pagarle y me pregunta “¿cuánto te han dicho en el hostal?”. Y yo pensé, ¿¿¿cómorrr??? Me quedé parada así que le dije 30 (no sé, debería haberle dicho menos, pero me daba cosa, qué tonta). En fin… que hora y media después salíamos de allí con nuestra nueva casa. A Juan le costaría un poco acostumbrarse, pero… lo ha hecho muy bien. De ahí, volvimos por una autovía hasta Auckland, donde coger la autopista 1 dirección Northland, la parte norte de la isla norte. Paramos en un Burger King a comer, pues con el estrés no habíamos comido. Y esto os hablo de casi más de las 5 de la tarde. Y poco más, carretera hacia Whangarei, paisajes preciosos aunque no paramos en ninguno para llegar al destino marcado en nuestra ruta de viaje (hojas que por cierto se quedaron en Barcelona después de semanas de trabajo y que esperamos recuperar si nos las pueden escanear). En el super del pueblo encontramos a un argentino que nos dijo de ir a dormir a la zona del puerto donde estaban ellos y 5 caravanas más. Pero como teníamos que cargar el portátil, las cámaras, etc… nos fuimos al camping. Somos un poco desastres, pero al ser la primera noche pues todo nos cuesta un poco.

En fin, ya estamos a martes 17.11, son las 8:30 y nos vamos a pegar nuestro primer desayuno oficial en la caravana… mmm.. rico olor a tostadas y té.

Besos y abrazos a todos! Sentimos la paliza de explicación pero tantos días sin escribir es lo que tiene.

Hasta pronto.

written by  capitannemo on November 16, 2009 from Auckland, New Zealand
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De ahí salimos ya dirección Bay of Islands porque eran casi las 12 y no podíamos entretenernos mucho. Una lástima pues nos dejamos por ver Tutukaka, Matapouri, Oakura y Rusell. Fuimos directos a Paihia. Encontramos un lugar idílico en la misma playa para cocinarnos unos filetes de ternera con ensaladita, ricos ricos. ¡Además qué vistas!

Llegamos a las 3pm a los Waitangi Treaty Grounds, lugar donde se firmó el Tratado de los Maoríes en 1840 en el que éstos aceptaban la ayuda de los británicos para que impusieran paz en las islas entre las numerosas tribus maoríes. Suponemos que a cambio los británicos se quedaron con la soberanía del país. Prometemos leer más sobre el asunto. Aquí se encuentra la casa del primer gobernador británico permanente en NZ, unos mástiles con las banderas británica, neozelandesa y maorí en el lugar donde se firmó el tratado y una casa maorí que simboliza la unión de todas las tribus.

Al salir de aquí decidimos visitar las Haruru Falls, nos sonaba que el camino era bonito, pero después de leer tanto uno ya confunde las cosas… Después de caminar casi media hora, decidimos darnos la vuelta porque no había indicación alguna de lo que nos quedaba, ni escuchábamos ruido de agua, ni rastro de las cascadas. De regreso encontramos, ¡oh sorpresa!, un campo de golf donde Juan disfrutó como un enano de un green. Hoyo 7. Eso sí, sin pelotita y con una rama como palo (¿nombre de ese palo?). Como en el parking había carteles por todas partes de que vigiláramos las pertenencias, estábamos asustados y preocupados por si nos habían la caravana… un chavalín pasó corriendo, con cara de satisfacción y pensamos… ¡oh, no! Se ha llevado nuestras muffins. Después una pareja paseando… uhh, todas las chips o el cacao para beber de Cadbury! Y el colmo… un trío en bicicleta, no, no puede ser… y si nos han robado las cartas del Uno, las de Remigio y el Cubiletra!!! Uff, corre Juan, vamos a darnos prisa… Llegamos al parking y por suerte todo estaba en su sitio.

Eran pasadas las 6 de la tarde y teníamos que partir hacia Kaitaia, donde queríamos pasar la noche. Entramos a un supermercado Woolworth’s (éstos abren todos los días hasta las 10, algunos hasta medianoche los 7 días de la semana) y terminamos de hacer la compra (en Waitangi tuvimos que ir con las prisas pues el Park’Save cerraba a las 9 y no hicimos buena compra – ¡por ejemplo los Kellogs caducan la próxima semana! - además estaba muy desordenado).

Aunque antes de las 9 estábamos en Kaitaia, nos fue imposible encontrar el camping a la primera. No había indicaciones claras. Así que casi 45 minutos después entrábamos por la puerta del camping pensando que nos tocaría dormir en la playa (sin conocer las carreteras no queríamos aventurarnos a meternos de noche por ninguna). Aunque el camping tenía cerrada la oficina (y eso nos ha pasado en todos los campings que hemos estado), el hombre nos dejó entrar… ala, otros 36$NZ. Esa noche cenamos tortellini de Chicken-bacon-mozarella con salsa 3 quesos y una copita de vino blanco Riesling. Y nos fuimos a dormir que queríamos madrugar para la excursión a la Ninety Mile Beach. Así Juan descansaría de conducir y echando cuentas para 2 personas, sale sólo un poquito más caro que hacerlo por tu cuenta. ¡Con la particularidad de que en bus te llevan casi 75 Km. por la misma playa, justo por la zona donde el arena se ha endurecido! Increíble, el pedazo de autobús no se queda clavado en la arena. Pero eso os lo contamos mañana.

written by  capitannemo on November 17, 2009 from Whangarei, New Zealand
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