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pabloalvarez1978


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Pablo Alvarez
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proxima parada Amsterdam Centraal

Amsterdam, Netherlands


Luego de un viaje más corto de lo esperado a la India, tomé el avión hacia Europa con ganas de ver caras conocidas y amigables, realmente necesitaba descansar de mi viaje a la India, que fue el más agotador de mi vida, no por lo recorrido o la incomodidad sino por el desgaste emocional que sufrí en el mismo. Realmente fue un viaje que consumió demasiada energía y no es que actualmente reniegue, sino simplemente me doy cuenta que hay algunas cosas que todavía no estoy preparado para afrontar, pero son cosas que voy poco a poco puliendo y quizá el hecho de pensar que si lo estaba fue lo que más me desconcertó. Cuando decidí visitar la India me sentía en una especie de nube donde yo era casi intocable y me he dado cuenta que quizá el hecho que muchas veces que he visto a las personas sufrir por sus sentimientos que en ocasiones me han parecido infantiles y darme cuenta que yo soy igual, quizá eso fue uno de los golpes más duros para mi ego. Pero de lo cual he aprendido mucho. Recuerdo que llegué al aeropuerto de Nueva Delhi más cansado e irritado que en cualquier viaje anterior, con mi mochila a cuestas, le di las últimas rupias al taxista y un hasta luego. Entré por la puerta, me formé en la fila y a esperar un poco como siempre, hasta que abrieron otras dos nuevas ventanillas, quise moverme rápidamente pero no pude, por lo que decidí quedarme en la fila que ya estaba para evitar las aglomeraciones tan acostumbradas en la India. Dejé mi mochila en el counter y tomé mi pase de abordar y mi pasaporte, pasé por la migración, rápidamente por el punto de chequeo y me fui a sentar a una de las butacas de aeropuerto, como tenía mucho tiempo antes que el vuelo saliera, deambulé por el aeropuerto y veía miles de escenas parecidas a Guatemala. Llegué a un lugar donde ofrecían Internet gratis, pude ultimar detalles de mi arribo a Amsterdam con Kim, amiga de Bárbara mi amiga holandesa quien vive en Antigua Guatemala. Al llegar el momento de abordar, subí tranquilamente al avión, me ubiqué en mi asiento junto a la ventanilla, para poder observar el despegue como siempre suelo hacerlo, realmente es la parte más emocionante de un viaje, cuando el avión parte con toda la potencia y se despega del suelo. Pero por primera vez en todos los viajes que he hecho en avión, no vi. el despegue, recuerdo que me acomodé, me puse el cinturón de seguridad y de pronto la azafata me despertó para preguntarme que deseaba comer, quizá habrían pasado tres o cuatro horas desde que despegamos, no le se muy bien, solo sé que al terminar de comer nuevamente me quedé profundamente dormido hasta una hora antes de aterrizar cuando el sol se asomaba por arriba de las nubes y desde arriba observaba los campos verdes de Europa.
Llegamos a Londres, donde en su inmenso aeropuerto hice la conexión para Amsterdam, luego de pasar por los controles de seguridad del aeropuerto. Nuevamente me encontraba en un avión, donde si pude ver el despegue, pero me quede profundamente dormido hasta que el piloto anunció que era hora de aterrizar y pude ver el mar que lucha contra los diques de los Países Bajos, las maravillosas obras de ingeniería y lo que más me sorprendió fueron esos gigantes de tres brazos que se encuentran mar adentro generando energía eléctrica. Sentí como si con sus aspas me acariciaban. Sin duda un país que me ha impresionando desde la llegada. Pasé por migración donde el agente solamente me preguntó de donde venía y si tenía pasaje de vuelta, a lo que yo contesté que no y el selló mi pasaporte y pude recoger mi mochila y dirigirme hacia la oficina del tren donde compré mi boleto de tren hacia Amsterdam Centraal, quizá una de las estaciones más bellas que he visto en mi vida. Luego de hablar con Kim por teléfono, dejé mis cosas en su oficina y fui a caminar por las calles de Amsterdam que me recibía con una bella tarde soleada de otoño. Caminé por los canales y por sus concurridas calles, llenas de bicicletas y trenes. Flores y sonrisas. Me dieron el respiro que necesitaba luego de mi viaje por Asia, quizá lo único que estaba buscando era un lugar para poder sentirme a gusto o al menos en paz, donde no me vieran con cara de dólar. Sé que no es posible viajar si no se tiene dinero y que en mi caso yo escojo los lugares donde voy, pero llegar a Holanda fue el respiro que estaba necesitando en ese momento. Quizá no fue como lo había planeado, ya que tenía ganas de ver a una gran amiga que tengo, pero por cuestiones circunstanciales no se pudo dar desde el primer día, pero con el pasar de los días pude ver a Naja y conversar con ella y compartir, y sobretodo sentir que una persona que quiero y que me quiere, me expresaba con su presencia y un cálido abrazo que no había fallado, que simplemente las cosas no habían sido como yo había pensado y que yo mismo debía darme permiso para equivocarme y corregir el rumbo.
Caminé por las calles de Amsterdam, recordando la vez que había estado con anterioridad, cuando era más joven y temerario, recordando el típico olor del cannabis, las risas que me provocó fumarlo y la cantidad de cerveza que corrió por mi sistema digestivo esos dos días de frenesí cinco años atrás. Asimismo recorría las calles sin rumbo fijo, cuando de pronto vi. las luces rojas que salían de unas vitrinas y me acerque para ver el Distrito de Luces Rojas, del cual me había olvidado, me causó cierta gracia y caminé dentro de todo el circuito. Me quedé pensando acerca de cómo en un país como Guatemala un circuito como este no podría existir porque la hipocresía en la que vive la sociedad no lo permitiría, pero si permite que existan redes de prostitución clandestina y que fomentan vicios aún peores que los que la sinceridad puede causar. Luego caminé nuevamente por las calles comiendo algunas golosinas de la confitería holandesa que ha deleitado tanto mi paladar. Volví a la oficina de Kim por mi mochila y fuimos hasta su apartamento ubicado muy cerca de Amsterdam Centraal, de la casa de Rembrandt y otros lugares maravillosos que tiene la ciudad que me ha vislumbrado con su encanto.
Kim ha sido una anfitriona maravillosa, con quien conversé acerca de muchos temas, así como me explicó bastantes cosas del funcionamiento de la ciudad. Como también comer fuera e ir a uno de los mejores conciertos de música en un lugar maravilloso llamado Melkweg, donde fuimos a ver la presentación del grupo de su hermano llamado The Lefties Soul Conection, realmente maravillosos. Con sonidos tan frescos y bailables que hicieron bailar mis piernas como por arte de magia.
Es maravilloso poder disfrutar de un lugar así como yo estoy disfrutando Holanda, quizá no todos lo disfruten como yo, quizá no a todos nos guste lo mismo y eso es la diversidad que he empezado a aceptar y sobretodo a darme permiso a cambiar de opinión y a corregir el rumbo cuando haya que hacerlo. Creo que lo mas importante es ser feliz y cada uno busca la felicidad a su manera…


permalink written by  pabloalvarez1978 on November 17, 2009 from Amsterdam, Netherlands
from the travel blog: Pablo Alvarez
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En busca de la Flor de Loto..

New Delhi, India


…es el nombre que le di a mi viaje por la India y Nepal, aunque después de 3 días de estar en la India se convirtió en un viaje solamente por India, y por lugares que ni siquiera tenía contemplado conocer. De pronto me vi comprando un boleto para Ámsterdam y volver a occidente vía Europa, luego de visitar algunas ciudades y amigas y amigos que tengo. Con algunos bemoles como siempre. Para luego viajar a Estados Unidos y viajar en tren desde New York hasta Los Ángeles California.

No sé como poder explicar ese cambio repentino de planes a mi vida, sobretodo a lo resulto que estaba de pasar más de un año entre India y Nepal. Aunque el choque cultural que tuve ha sido de los más grandes de mi vida, sobretodo porque como siempre yo pensaba que podía soportar todo, pero no es así, aún debo aprender muchas cosas y quizá las expectativas que si bien ya sabía que venía a un lugar difícil dentro de mi corazón si tenía expectativas sobre la cultura de la India, yo muy orgulloso de ser descendiente de un Indio que dejó su país hace algunas generaciones y se fue para no volver, yo fui en la dirección de sus pasos y tuve uno de los mayores desencantos de mi vida. No es que la cultura de la India sea mala o buena, simplemente es como es y ahora entiendo los pasos de ese antepasado de poder huir de acá y nunca más volver. Realmente es un lugar donde todos al verme piensan que soy de acá y en parte es bueno porque no me piden documentos para entrar a algunos lugares o bien el costo de la entrada es menor ya que tengo cara de Indio.

Pero regresando a mi estrepitosa caída desde las alturas de mi nube, donde yo pensaba que todo era paz, amor y armonía entre las personas de la sociedad India, si bien es cierto que eso solamente lo puedo tener en mi corazón, pero el hecho de afrontar que la sociedad de la que estaba tan orgulloso de ser descendiente es igual que en la que vivo. Pero no todo es malo, ya que esto me ha hecho valorar más otras cosas, así como al pequeño país de donde vengo, a mi Guatemala, que es de todos y que tiene tintes iguales que los de India, pero donde yo llegué a pensar que es así porque la gente es mala y realmente no es eso, sino son las circunstancias de vida que son muy complicadas. Recuerdo las palabras de mi madre que a pesar de ser hija de imingrantes es la persona que yo conozco que más ama a Guatemala. Además también me ha ayudado a abrir mi corazón a personas que nunca pensé compartir con, así como los musulmanes que he conocido que han sido muy amables conmigo y me han hecho sentirme en casa. Especialmente mi amigo Rahim Sanjay y su adorable familia de Cachemira. Siempre llevaré en mi memoria y en mi corazón las imágenes de ese lugar tan bello, de ver esos pardos que corren tomados de la mano hasta formar interminables cadenas de titanes y colosales montañas, llamadas los Himalayas. Donde he visto tantas águilas volar libres que sentí que me fundía entre sus alas y yo tenía esa libertad. De compartir los alimentos en la casa de sus padres y sentirme uno más de la familia, sobretodo la exquisitez del té de Cachemira, que gracias a Bashir, tío de Rahim, llevo un poco conmigo. Cachemira es uno de los lugares más bellos que he conocido en mi vida, vale la pena visitarlo.

Para llegar la forma más fácil y segura es vía aérea desde Nueva Delhi a Srinagar. Es posible viajar por tierra ya sea por autobús o jeep compartido o bien un automóvil desde la ciudad de Jammu a donde pueden llegar por medio del tren que es bastante más seguro.

Lamentablemente debo decirlo que no es una manera muy segura, ya

que los conductores de India no son nada cuidadosos, son temerarios, prácticamente un atentado al volante que no les importa la vida de los que llevan ni la suya propia. En mi viaje de Srinagar a Jammu estuvimos a punto de estrellarnos tres veces con camiones y otros autos, por la estupidez de nuestro conductor, que al momento de reclamarle el porque manejaba como enajenado le echaba la culpa al otro conductor, cuando realmente era el él culpable.

En relación a la compra de los boletos ferroviarios, se pueden hacer con varios agentes que cobran alguna comisión, se pueden adquirir vía Internet, primero hay que registrar un usuario y encontrar la forma de pago (que no está muy bien especificada pero si se encuentra luego de buscar algunos minutos en la forma de pago con tarjeta de crédito internacional). O bien pueden probar comprarlos en la estación del tren donde se debe llenar una forma llamada “Railway Reservation/Cancellation Requisition Form”. En la cual deben dar algunos datos personales, pero sobretodo deben saber muy bien el número del tren, el nombre del tren y muy importante “La Clase” porque hay varios tipos de clase. Desde primera clase con Aire

Acondicionado donde lo tratan a uno como Maharajá hasta tercera clase donde las personas van una sobre otra. Yo en mi inexperiencia viaje de Jammu a Amritsar en Sleeper Class, que es el equivalente a una segunda clase con ventiladores. Que tiene butacas de corridas numeradas donde supuestamente están establecidos los asientos de tres ocupantes, pero en momentos llegan a ser hasta cinco en un asiento. Donde no piden boletos para ingresar. Y si lo piden y no se tiene se le dan cincuenta rupias (un dólar americano) al inspector y se acabó el problema, fomentando así más la corrupción tan arraigada en la sociedad India. La cual se debe a razones económicas y políticas que no vale la pena mencionar, solamente es algo que se debe tener muy presente.
Realmente fue divertido viajar en sleeper class, allí conocí a dos muchachos hindúes llamados Swadeep y Alood. Quienes son de una ciudad llamada Bhopal ubicada en Madhya Pradesh. Realmente una bendición haberles conocido. Extraño la determinación de Swadeep muy acorde a su casta Kshatriyas y la templanza y fijación de Alood muy acorde a ser Brahmin. Que si bien ellos me explican que ya no es como antes donde las castas eran determinantes de que era lo que se podía y no, hasta que Gandhi con su filosofía de todos son bienvenidos abolió oficialmente las castas, pero este sistema aún vive muy arraigado dentro del corazón y la forma de vida de los hindúes. Que vale la pena hacer la aclaración que hindú es una religión y que el gentilicio de las personas habitantes de la India es indio, sin que esto sea una discriminación. En los países americanos, sobretodo los hispanoparlantes existe un cierto miedo de utilizar este gentilicio porque está muy asociado a la discriminación que han sufrido los descendientes de las culturas prehispánicas, pero realmente la forma correcta de llamar a una persona de la India es indio. Yo con mi cara de indio fui recibido bien entre estos dos muchachos quienes se encontraban de vacaciones por el norte de su país, en un viaje de peregrinación hacia Jammu, donde existen dos templos hinduistas muy importantes (al templo hinduista en hindi se le llama Mandhir) Asimismo ellos luego viajaron a Amritsar en el mismo vagón que yo, fue como si el mi gurú Paramahansa Yogandanda los pusiera allí para mí, ya que con ellos compartimos un cuarto (a cincuenta rupias cada uno) y ellos compartieron conmigo su India, su vida, sus tradiciones, creencias y costumbres y sus vidas. Así fue como realmente estuve en contacto con la cultura hindú quienes aún viven con su sistema de castas muy arraigado, sobretodo en su forma de comportarse, donde los padres aún tienen potestad sobre las decisiones de los hijos, aunque según mis amigos en las grandes ciudades es diferente donde ya no se tiene tanto en cuenta. Asimismo me enteré que realmente los que siguen las tradiciones más apegadas a las leyes son los Brahmines ya que la sociedad espera que ellos lo hagan y no hacerlo es una vergüenza para la familia y según palabras de mis amigos lo más importante es la familia. Lo cual creo que en parte es cierto, porque para mí lo más importante es ser feliz como individuo y luego se puede compartir esa felicidad. Por eso ahora tienen más sentido para mí, las palabras de Siddartha, el Buda, que cada quien es encargado de su vida y nada más. Aunque realmente cada vez estoy más convencido que una religión no hace a nadie feliz, sino es uno el que lo hace y cada quien lo encuentra a su manera. Aunque para explicarle a mis amigos de la India mi religión lo simplificaba a que soy budista, ya que al final ando en busca de mi propia verdad.


Aunque debo decir que estoy maravillado con la manera tan eficiente y prolífica como es manejado el Templo Dorado de los Shiks, ubicado en Amritsar, una obra arquitectónica por demás exquisita donde al igual que en el Templo del Loto de los Bahai en Nueva Delhi, todos son bienvenidos a rezarle a su dios. Es algo que realmente me ha gustado de India que si bien existen diferencias hay respeto en cuanto a los cultos y todos consideran que un templo es un lugar sagrado donde cualquiera puede ir a rezar o a meditar sin importar su religión. Aunque debo decir que el templo donde más altas vibraciones sentí fue en un Mandhir de Nueva Delhi Lakshmi Narayana Birla. Aunque no hay nada que se compare como estar en un lugar como en una montaña observando un valle o bien en la playa observando la grandeza del océano.

De nuevo debía volver a Nueva Delhi, mi elección era hacerlo igual en tren, ya sabía como funcionaban las cosas en el tren, pero ahora compraría el boleto vía Internet. Que realmente no es tan complicado ni tortuoso como hacerlo en la estación. Aunque como es India, si es menos sencillo que en otros lugares, aunque después de algunos minutos y un poco de paciencia se aprende a utilizar el sistema y ya se puede comprar. Esta vez lo haría en primera clase, para un viaje de 8 horas desde Amritsar a Nueva Delhi. Algo que me desoriento un poco al imprimir el boleto es que aparecía en una lista de espera. Esto significaba que al día siguiente debía ir a la estación del tren y ver si en los vagones de primera clase aparecía mi nombre impreso, de ser así podría viajar a Delhi, sino tendría que esperar al tren de las 5 de la tarde o bien cambiar otra categoría. Por lo que salí temprano de la ermita que compartí con mis amigos y en un autorickshaw (un tuc tuc en Guatemala y en muchos países de Latinoamérica). Luego de pedirles que me rebajaran el precio de 100 a 50 rupias, me lo dieron a 60 rupias. Llegué a la estación y busque el andén preguntando de donde salía el tren a Delhi. Al entrar casi me tratan como un Maharajá, pero lo que me hizo más gracia era que la cabina que tenía era más grande que alguno de los cuartos en los cuales había pernoctado en la India. Allí pude rasurarme y dormir un par de horas, hasta que llegamos a una estación que no recuerdo el nombre, en la cual subieron y bajaron pasajeros, y para mi sorpresa subió una persona muy amable y educado. Un profesor de la universidad, pero no era cualquier profesor sino el decano de una escuela de negocios prestigiosa de la India, con quien tuve quizá la plática más completa sobre la India. Conversamos de tantos aspectos desde la historia hasta la economía, la política interna y tantas cosas que pude desde mi punto de vista racional entender tantas cosas de la India, que me habían pasado por encima desde el primer día que llegué a la misma. Luego de tantas horas compartimos algunas galletas, datos personales, intercambio s culturales y cifras económicas y culturales, al llegar a Delhi tuvo la amabilidad de llevarme hasta mi hotel. Donde mi amigo Rahim me esperaba con su sonrisa de siempre, aunque sin habitación para mí. Por lo que me invitó a su casa, con su familia, donde pude ver realmente como viven las familias de la India. En una casa donde hay que quitarse los zapatos antes de entrar y donde los pisos estan cubiertos de alfombras y solamente hay un encaminamiento con papel decorativo. Una casa donde viven doce personas, entre hombres, mujeres, sus hijos y nietos. Como yo era el invitado me cedieron la habitación principal donde duerme el señor de la casa con su esposa. Por un momento no entendí de que se trataba, pero al hacerlo mi corazón me decía que no podía aceptar que por mi culpa durmieran en el piso ellos y yo en una cama. Pero no aceptar esa amabilidad realmente sería una ofensa, por lo que resignado tuve que aceptar. Compartimos una suculenta cena, donde el arroz y el Dahl nunca falta. Al mejor estilo cachemir donde se come la misma cantidad de arroz que de verduras y carne, además de comer con las manos y siempre su inigualable té. Siento que la familia Dhar es mi familia de la India. Nunca llegué a pensar que en la India conocería personas musulmanas, pero esta sorpresa que me dio la vida fue maravillosa. Personas que realmente abrieron su corazón conmigo y me ayudaron a abrir el mío.

A la mañana siguiente fui a Agra, a visitar el majestuoso y mágico Taj Mahal. Pensaba hacerlo en tren, pero por azares del destino perdí el tren. Por lo que fui en automovil, para luego enterarme que el tren en el cual hubiese ido yo, había tenido un accidente en un choque de trenes con otro tren. No sabía si era parte del destino o bien el buen karma que le llaman en India. Pero esto no me quitó la emoción de entrar al majestuoso Taj Mahal. Aun recuerdo los resplandores de luz sobre el mármol blanco de su estructura y como cambia de color a medida que el día va avanzando. No tengo palabras para describir la belleza de ese lugar, es como estar en un cuento de fantasía. Es tan impresionante que por momentos sentía que estaba viendo una ilusión y que de repente el Taj Mahal desaparecería. Pasé dentro del recinto tanto tiempo como pude, mis pupilas bebieron de la belleza de ese imponente y majestuoso monumento. Lejos de su significado, la sensación que transmite es tan maravillosa, que simplemente poder estar sentado frente al mismo hizo que todas las vicisitudes y momentos no tan agradables en la India valieran la pena. El Taj Mahal aún esta ubicado en el fondo de mis pupilas donde el sol y la luna danzan en armonía para darle vida a una de las mejores visiones que he tenido en mi vida. Luego fue tiempo de volver y en menos de 6 horas ya estaba en el aeropuerto de la India, bastante tiempo antes que el que tenía pensado estar.

Hoy que veo la retrospectiva de mi viaje, puedo decir que ha sido el mejor viaje que he hecho, no el más bonito ni placentero, pero en el que he aprendido más sobre el hecho de estar vivo. La India destrozó tanto mi ego y vanidad que siento que he vuelto a nacer allí. Siento que debía ir a aprender estas lecciones para poder seguir a la siguiente etapa de mi vida. Sé que aunque podría parecer que huí de la India, realmente algo que he aprendido en la vida es que si en algún lugar no estoy cómodo y no me siento bien, es mejor dejar las cosas allí que seguir lastimándose uno mismo. Así como también que me he dado permiso a cambiar de parecer en el transcurso de mi vida, sin sentir culpa ni remordimientos. Ya que siento que debo ser feliz. Quizá lo más doloroso de este viaje fue ver como esa cultura de la cual estoy tan orgulloso por las raíces indias que corren por mis venas, ver que era igual o peor que otros lugares de los cuales he renegado. Sé que tenía muchas expectativas sobre la India y eso hizo que no fuera lo mágico que podría ser. Hubo un momento en que me quede horrorizado y avergonzado de las situaciones que suceden allí. Sé que es parte de la vida y que realmente no debo tener esos sentimientos ya que en todos lados pasa lo mismo. Además comprendo que la pobreza es tal, que al ver llegar un turista es una oportunidad de comer, por lo que no es culpa de la gente del todo, sino más bien un sistema instaurado hace miles de años. Y tampoco es culpa del país, ya que ellos viven como viven desde hace miles de años que yo si quiera hubiera pensado en nacer. Y que algo que es cierto yo fui por mi propia voluntad, por lo que no es válido desacreditar a la India. Sino más bien lo digo que es un lugar de contrastes, quizá más brutales que en ningún otro lugar. Realmente es un país mágico y maravilloso, donde confluyen tantas cosas que podría ser un planeta por si mismo. Hay tanta variedad en la colorida India. Quizá si por algún momento llegué a sentirme horrorizado y espantado, también tuve momentos muy agradables. Personalmente sé el porque debía ir a la India, ahora entiendo porque. Solo me queda decir que al que quiera ir que vaya y que viva su propia historia en la India. Realmente nadie está preparado para ir a la India, pero es una de las mejores experiencias para hacer, es como hacer el master en la vida. Al ir a la India, uno nunca vuelve a ser el mismo… Ommmmm, Ommmmm, Ommmmm…



permalink written by  pabloalvarez1978 on November 3, 2009 from New Delhi, India
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En la ciudad de los ángeles...

Los Angeles, United States


En la ciudad de los ángeles…
…luego de pasar la mitad del mes de agosto y casi tres semanas de septiembre en México terminando un proyecto y conociendo lugares que nunca antes había estado, así como lo son Querétaro y San Miguel de Allende. Donde estuve un día compartiendo con mis amigas Estefania y Carmen, tenía tantas ganas de verles de nuevo, luego que hace más de cuatro años que ellas visitaran Antigua Guatemala. Yo tomé un bus desde la ciudad de México hacia Querétaro y luego fuimos a San Miguel de Allende que se encuentra ubicado en el estado de Guanajuato, allí tuve un día maravilloso donde comimos elotes asados con chile y limón, sopa azteca, nieves y me colé en una fiesta de bodas de la alta sociedad mexicana. Todo fue tan rápido que de pronto ya estábamos de regreso en Querétaro, observando el acueducto a 60 kilómetros por hora y danzando en el centro histórico de Querétaro que es por demás decirlo exquisito a la vista y a los sentidos, es como dicen en México muy “padre”. Luego de esas pausas en mi viaje de negocios a México, donde la mayoría del tiempo estuve en la ciudad de México es decir en el DF, donde pude compartir con mi amigo David, a quien conocí en la feria del libro de Guadalajara 5 años atrás, cuando aún dentro de mí existía el anhelo o el sueño de que me iba a dedicar para siempre a la literatura, que ese iba a se mi nueva profesión y con deseos de vivir en Guadalajara. Sigo escribiendo, ya no con tanto ahínco como antes ni con tanta premura, escribo menos, pero más conciso, preferentemente cuentos, los cuales comparto y ya no tengo ese deseo de volver uno de mis hobbies mi profesión, ya que sino mataría mi deleite por la escritura. Por lo que volví a ver a David con su misma sonrisa de siempre, esa sonrisa picaresca de quien sabe que tiene la vida tomada por los cuernos y que no le importa que el toro sea 30 veces más grande y fuerte que el, sino que le sabe que con su astucia lo va a vencer. Compartimos un desayuno típico 100% mexicano, gorditas de chicharrón, huevos estilo albañil y tamales, apto para subir el colesterol y rebajarnos los minutos de vida a la edad justa hasta que todavía tengamos una sonrisa en el rostro. Después de todo deje atrás México con una sensación de felicidad, de haber conocido nuevos lugares y personas, y sobretodo de ver que a las personas que les he abierto mi corazón allí siguen estando no importa lo lejos que estemos o bien lo poco que hablamos, allí están. Todavía recuerdo la última plática que tuve con Fernando, mi amigo poeta de Antigua Guatemala, quien actualmente vive en Guadalajara, persiguiendo el sueño de su vida, con bemoles como todos, pero viviendo su sueño y no dejando que el desanimo lo bote del caballo de su vida. Así como el peruano que conocí en el vuelo de regreso a Guatemala, con quien tuve una plática tan agradable que los 105 minutos de vuelo los sentí como solamente el despegue, de pronto ya estaba de vuelta en Guatemala, donde tuve una semana para estar con mi familia, antes de partir al viaje por India.
Un día preparé mi mochila y al día siguiente ya estaba de nuevo en el aeropuerto, recordando a las personas con las que compartí esa semana en Guatemala, personas que quiero mucho, con las que fuimos a comer y reírnos bastante y darme cuenta que aunque yo no diga que tengo amigos, así como solía hacerlo antes de irme de Guatemala la primera vez, cuando me fui a Chile, tengo amigos entrañables en Guatemala que realmente están en mi corazón y que sé que están allí por mí. Luego pasé el último día con mi madre y mi padre, compartiendo la comida y la cena, la cena con mi hermana, allí estuvimos como familia viéndonos, abrazándonos y dañosos la oportunidad de demostrarnos cuanto nos amamos y ya sin los reclamos de mi parte por tantas situaciones que nos distanciaron en el pasado. Realmente se que he crecido y he madurado. No es que sea un cliché ni que tenga que demostrárselo a nadie, pero realmente me siento tan cómodo conmigo mismo y viendo a mi familia como personas que si bien no comparto todos los puntos de vista, si se que puedo contar con ellos porque ellos me aman así como yo a ellos. Realmente fue muy agradable poder decirles hasta luego, pronto volveré con sinceridad y ver que esta vez no salía de mi casa huyendo de situaciones dolorosas sino más bien salí de mi casa con su amor en el corazón y sabiendo que es porque voy a ver el mundo y no porque quiera escapar.
Antes de partir hacia India me dirigí a Los Ángeles, la ciudad que más he visitado en los últimos 4 años, ciudad que conozco cada vez mejor, que se me hace tan familiar que ya ni siquiera debo preguntar donde quedan las cosas, por enorme que sea, pero siempre se donde quedan las cosas, quizá el lugar que no he vuelto desde que soy adolescente es Disneyland, sé que algún día volveré, me gustaría llevar a una persona que amo a ese mágico lugar y subirnos juntos al vuelo de Dumbo, sé que algún día será realidad. Así como también ir a six flags, porque sé que a ella le gustan las montañas rusas tanto como a mí. Sé que algún día vendrá mi ángel conmigo a la ciudad de los Ángeles. Llegué a Los Ángeles, como nunca lo había hecho, de día y sin tantas preguntas de parte de los agentes de inmigración, que algunas veces me han hecho pasar momentos desagradables, sobretodo por las preguntas tan inquisidoras que hacen, sé que solamente hacen su trabajo, pero muchas veces me hacen pensar que lo hacen más porque son sádicos y no porque solamente cumplen con el procedimiento, en fin no soy yo quien decirles como hacer su trabajo, para algo les pagará el gobierno de estados unidos, pero creo que con tanta tecnología que tienen les sería fácil saber quienes van, desde que uno chequea su boleto a estados unidos. Esta vez a diferencia de otras, tuve que esperar mi mochila algún tiempo más de lo normal, quizá porque el avión llevaba más personas que lo que regularmente lo hace. De lo que recuerdo del vuelo es que detrás de mi asiento venía un niño que gritaba a todo pulmón que no le haría caso a la madre, y pateaba el asiento, hasta que me voltee a decirle que no lo hiciera más, así como que de repente me sobaba la cabeza con su pequeña mano, y lo dejé pasar por alto hasta que me pegó en la cabeza y simplemente tomé su mano y dejó de molestar, no sé si sería que necesitaba que alguien le pusiera alto o simplemente viendo el tamaño de mi mano tomando la suya fue lo que lo hizo recapacitar que debía dejar de molestar. En fin llegué a California y allí estaba mi tía Lupe, con su sonrisa de siempre esperando por mi en el aeropuerto de Los Ángeles, el famoso LAX. Al igual que las otras veces mi tía me pidió que manejara hasta la casa, algo que se me ha hecho costumbre, quizá no conozca todos los freeways de Los Ángeles, pero sé que para salir del aeropuerto me voy por el 105 dirección este y luego encuentro el 710 dirección Pasadena, y este nos lleva hasta la casa de mi tía. Realmente es cómodo poder conducir en la ciudad de los Ángeles no se necesita más que seguir algunas reglas y estar atento a las señales, además de estar preparado para conducir a 105 kilómetros por hora en la mayoría de los Freeways.
Así llegaba a Los Ángeles una vez más, sin saber que ese día en efecto era el día de Los Ángeles, un dos de octubre de un año cualquiera. Un día completamente especial para esos seres que viven entre nosotros, que no tienen alas y que en el momento más indicado aparecen como guardianes de nuestro caminar. Esa misma tarde nos dirigimos con mi primo Daniel a City Walk, ubicado en North Hollywood, donde esta el parque de atracciones de Universal Studios. Un lugar por demás lleno de luces, restaurantes, espectáculos y tiendas. Una especie de boulevard, pero sin autos. Aunque bastante seguro y bonito, no tiene la misma esencia que es caminar por el Hollywood Boulevard inundado de las luminarias y ese mítico sueño de que allí están las estrella, aunque realmente solo están en el piso. De allí es un lugar lleno de tiendas, bares, restaurantes, personajes, turistas, prostitutas, vendedores de droga y mucha policía. Donde aún se pueden ver personas en busca de su sueño en Hollywood.
Realmente Los Ángeles es una ciudad que tiene de todo, es decir el condado de Los Ángeles, conformado por varias ciudades una tras otra, que conforman el monstruo que devora gente y kilómetros y kilómetros de autopistas, donde sus habitantes pasan buena parte de su día, entre dos, tres, hasta cuatro horas. No hay nada más maravilloso que estar en una ciudad de Estados Unidos y que el equipo local haya clasificado a la postemporada, aunque esto solamente es así si a uno le gusta el base ball. Personalmente tengo gratos recuerdos del base ball, especialmente cuando era niño e iba con mi padre a los juegos. Recientemente fuimos a un juego de inicio de temporada de los Angelinos de Anaheim y fue mágico de nuevo. Esta vez fui a ver a los Dodgers, junto con mi tía Lupe, estuvimos en un juego maravilloso definido en el noveno inning cuando los Dodgers dejaron en le campo a los Cardenales. Realmente maravilloso.
Como siempre que estoy en los Ángeles, visito el Santuario del Lago, Lake Shirne, ubicado en Palisades, al lado de Santa Monica. Este esta ubicado casi al final del Sunset Boulevard, el cual atraviesa gran parte de los Ángeles, hasta convertirse en la Avenida Jorge Chávez cerca del Down Town. El Santuario del Lago, tiene tanta paz que me quedo horas y horas observando los cisnes y meditando caminando por sus jardines, es mi lugar favorito de Los Ángeles. Luego de esta visita estuvimos en Santa Monica, donde caminamos por la arena de la playa, refrescando nuestros sentimientos con la fría agua del océano pacifico. Es precioso el muelle de Santa Monica con todas sus atracciones, tiendas y caminatas por la playa, donde se puede caminar incansablemente por la arena y ver esas bellas ciudades ubicadas frente al mar, como Malibu, Venice, Palisades.
Realmente no podía ir a Los Ángeles y no visitar el Getty Center, que es por demás uno de los museos con diseño más bonito, con su variedad de edificios y sus bellos jardines, observando Los Ángeles desde esa colina. Aparte de ver uno de mis cuadros favoritos, pintados por el mítico Vincent Van Gogh, el cuado de los Iris. Uno de sus últimos cuadros, con tanta vida, que tuve el sentimiento que el traspasó su alma a ese cuadro antes de decidir terminar con su vida. Asimismo no se puede ir a Los Ángeles e ignorar la cultura latina que allí vive, por lo que fuimos a East LA, a un lugar llamado El Mercadito, donde buscando la dirección con mi tía Lupe, quede muy cerca de la línea del tren cuando el semáforo me detuvo y un policía me hizo la parada. Muy amablemente me explico el riesgo que corría y no me dio ninguna multa, pero siempre es bueno que le recuerden a uno los riesgos que corre al manejar un automóvil.
Un lugar precioso de Los Ángeles es el observatorio del Griffith Park ubicado en la cima de las colinas de Hollywood, desde donde se puede apreciar tanto las letras que dicen Hollywood, así como la ciudad de Los Ángeles en su mayor esplendor. Vale la pena ir, la entrada es gratis y tienen lugares e información muy buena. Para ir solamente hace falta seguir la avenida Vermonth en dirección Este, y allí fácilmente se llega. Una parte favorita de Los Ángeles es Pasadena, que es por demás una de las ciudades más bella del condado, sin las presunciones que tiene Bervery Hills o Bel Air.
Así pasaron mis días en California, disfrutando de la compañía de mi tía Lupe y de mi primo Daniel. Comiendo en lugares buenos y disfrutando de esas jornadas de sol interminables. Un viaje no tan diferente a cada vez que voy a California, auque algo que fue diferente fue que vi a mi tío Luis, el hermano de mi madre, con quien tengo un parecido bastante profundo, que pude ver mi cara dentro de 20 años, quizá así me veré cuando tenga 52. Fue muy grato compartir con el algunas horas y platicar sin nada más que compartir el tiempo sin mayores pretensiones.


permalink written by  pabloalvarez1978 on October 31, 2009 from Los Angeles, United States
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Donde los dioses fueron hechos...

Mexico, Mexico


…al leer esto, me puse a pensar como sería Teotihuacán, tantas veces que había estado cerca, pero siempre tenía alguna excusa para no ir o simplemente buscaba algo más cercano, más cómodo que hacer. Esta vez que estuve en Mexico D.F, en la ciudad de México, o bien como le dicen algunos de mis amigos Chilangolandia (sin agravios a sus habitantes por su puesto), tomé el metro de la línea verde hasta la estación La Raza, luego cambié a la línea amarilla solamente una estación, la estación de autobuses de norte y allí en las líneas teotihuacanas, por solo treinta y tres pesos ( menos de tres dólares americanos incluso sumandole los dos pesos del costo del metro), iba yo rumbo a Teotihuacán, en un bus bastante cómodo, con música ambientada por un cantante bastante entusiasta y por los bemoles de todas las paradas que hizo el bus antes de salir de la ciudad de México, que vaya que si cuesta salir de la misma, y eso que era un domingo muy temprano por la mañana.

Mientras iba en el autobus, me daba cuenta que muy pocos éramos turistas extranjeros, iban casi todos habitantes mexicanos, quizá muy pocos que ibamos a las pirámides (que es el nombre del bus) y otros iban para destinos un poco más retirados. Una chica sonriente con cámara en mano era quien iba del otro lado y de pronto me miraba como preguntandome, ¿tú sabes dónde están las pirámides? Yo tenía la misma cara que no sabía, pero iba más ocupado pensando en ¿quiénes habían sido hechos en Teotihuacán? Los Dioses decían las guías de turismo y me contestaba a mi mismo que todos somos dioses, todos en nuestra capacidad creativa y en nuestra capacidad de amar, somos dioses.

Llegamos a las pirámides donde personas amables nos indicaron la entrada hacia el parque nacional, donde pagué cincuenta y dos pesos mexicanos como entrada y con el sol trepándose por la espalda del firmamento, que me calentaba la dermis de mi piel mientras caminaba en dirección del palacio de Quetzalcoalt que existía una perfecta alineación entre la dirección de la pirámide y el sol. Para esto tomaba algunas fotografías, así como observaba desde lejos las dos emblemáticas pirámides del lugar. Las pirámides del sol y de la luna, nombres con las que los arqueologos modernos las han bautizado, sin que necesariamente sean el nombre de los constructores originales y de los posteriores moradores o bien quienes hayan utilizado estas pirámides.

Luego de ver los rostros de Quetzalcoat y escuchar como mis aplausos en la base de la pirámide se repetían con el eco creado por la geometría de la construcción. Regresé hacia la calzada de los muertos, que tampoco es un nombre original, sino nombre que los arqueolgos le dieron a los par de kilometros que abarca (entiendo que toda mide cuatro kilómetros, pero no caminamos por toda). Tenía el sol en la espalda y mi sombra caía exctamente sobre mis pasos, de pronto me puse a pensar en que fecha era y descubrí en mi fugaz memoria que era el veintiuno de septiembre, el equinoccio de otoño, por lo cual no solamente estaba donde los dioses fueron hechos sino estaba en una fecha muy importante, completamente mágica. ¿Qué más podía pedir? Mi emoción era tanta de caminar entre ese lugar lleno de magia para una fecha tan especial. Cerraba mis ojos y abría mis brazos enviando paz, amor y armonía al mundo. Mi sonrisa era la muestra de esa felicidad que se desbordaba por los litorales de mis pupilas y hacía que mi corazón bailara de alegría entre las flores silvestres que allí crecen.

Ascendí a a la pirámie del sol, luego de un ascenso bastante escarposo y evadiendo los cientos de personas que suben al mismo tiempo, me coloque cerca del centro, me descalce y me sente sobre esas piedras milenarias a contemplar el valle donde estan ascentadas estas maravillosas obras, alli encontré el gozo para mi alborotada alma y mi corazón bailaba como quien danza de alegría ante la primera lluvia, luego de una gran sequía. Descendí rapidamente y luego me dirigí a la pirámide del sol. La cual realmente siento y creo que es la principal, ya que está al final de la calzada e indica el punto más al norte de la mítica ciudad. No sé si es realmente dedicada a una divinidad femenina, pero me senté sobre sus piedras y desde allí estuve observando y más que observando, asimilando la energía de tan bello y mágico lugar. Allí desede el punto donde podía estar sentado, conteplaba la maravillosa calzada y toda la ciudad y mientras realmente sentía que todos los que estabamos allí eramos dioses que emergíamos de las pirámides y eramos una misma cosa con todo el ambiente. Al final es cierto que todos somos dioses…


permalink written by  pabloalvarez1978 on October 10, 2009 from Mexico, Mexico
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Donde una canción se burla del miedo...

Oaxaca, Mexico


…en las tierras de Oaxaca, México. Donde la noche de hoy observé la luna caminar de la mano de Marte, se miraban frente a frente, reflejados en el espejo de la noche. Una noche que como casi todas las noches que he estado acá terminan temprano en el Hostal de Mercado, donde está muy bien, muy cómodo y centrico. A una cuadra del mercado, donde compro las frutas que como a diario así como los chapulines, las tlayudas, el quesillo y las tortillas, también las verduras. No es un viaje del todo turístico, sino de trabajo, aunque si no disfrutara de lo que hay acá sería una completa pérdida de tiempo. Es más fui a México DF por dos días, principalmente para tramitar mi visa para India, la cual ya tengo y he comprado mi boleto de ida para Pradesh (el nombre que le damos a la India los que tenemos algún vínculo sanguíneo), viajo en Malasia Airlines, pasando por Taiwan, Kualalampur y finalmente llegando a Dehli 36 horas después de dejar Los Angeles, California. ¿Para qué correr si tengo tiempo? ¿Por qué ir de la manera más directa, si así puedo conocer más aeropuertos?

Estuve en el DF, como siempre fui a ver Bellas Artes, que es el edificio que siempre me ha gustado y siempre tiene nuevas cosas que me fascinan, como ahora los murales de grafiti que tienen, que hacen un justo reconocimiento al muralismo contemporaneo, que hacen juego con los murales de los maestros Orozco, Siqueiros y otros. Sobretodo por el concepto de ellos era que el muralismo es del pueblo. Por lo que el grafiiti es el nuevo muralismo. También estuve por Coyoacán, aunque me perdí por un momento, sobretodo porque hay un nuevo paso a nivel, el cual me desubico por unos 20 minutos, pero luego de preguntar ya estaba siguiendo el ritmo de mis pasos, que me condujeron hasta el centro de Coyacán y comí nuevamente en el mercado. A todos los lugares fui en metro, esta vez no tomé ningún taxi, todo en puro metro. Aunque me sorprendió que habían vagones exclusivos para mujeres y niños, primera vez que lo veo. Me pusé a pensar porque no habrán solo de hombres, quizá esas distinciones, son las que no nos ayudan a realmente respetarnos sino a crear pseudoculturas de respeto, que al final marcan más las barreras mentales de las supuestas diferencias. Y como siempre que estoy en el DF, fui a visitar a la virgen morena, a la Lupe, de la mano del recuerdo de mi Guru Alfonso, por quien prendí una vela, así como por Lucía y Esther. Así como le pedí a Alfonso que venga conmigo en mi viaje a través de Asia. Sentí una gran emoción y mucha energía, mariposas volaron sobre mi cabeza y supe que él esta conmigo.

Luego me fui de Pinta a Chapultepec, a ver al panda, caminar por el jardín botánico, fui al museo de Arte Moderno, donde Orozco, O´Gorman y Siqueiros me deleitaron con la caricia de sus pinturas las pupilas. Caminando entre la gente, me pare a ver las máscaras de la lucha libre y platicando con el amable hombre que las vendía, me enteré que el también es luchador, uno muy famoso por cierto. Nos reimos bastante tiempo y luego me fui caminando por la reforma, hasta llegar a la estación del metro, para ir a la embajada de la India, donde recogí mi pasaporte y luego tuve la certeza que podía comprar mi boleto, lo que hice como dos días después.

Por la noche tuve la agradable oportunidad de ver a mi amigo David, quien conozco desde hace 4 años, en Guadalajara, para la Feria del Libro. Con quien nos reimos de todo un poco y estuvimos platicando. Así como yo que llegué a la cena despedida de su cuñado, así como todo un party crasher, comí todo el sushi que pude y me reí con los afitriones, como si fuesen mis amigos de toda la vida. Me reí tanto que por un momento, pensé que el autobus para Oaxaca iba salir sin mi, ya que salí con el tiempo justo justo, corrí através de los andenes del metro, hasta llegar a la estacion de TAPO y llegué dos minutos antes que el bus saliera.

Ahora estoy acá en Oaxaca, terminando un proyecto, mientras como chapulines y veo como los sindicatos de profesores se pelean unos con otros, como toman las dependencias de gobierno y como la policía, está pero no está, salvo por las noches, muy armados, en busca de algún incauto que ande incitando al desorden. Hay una tensa calma en Oaxaca. Mientras espero que podamos terminar el proyecto y quizá la otra semana partir.


permalink written by  pabloalvarez1978 on September 5, 2009 from Oaxaca, Mexico
from the travel blog: Pablo Alvarez
tagged Amistad and SueOs

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