Parque Nacional Lanín

Salimos de Buenos Aires el 2 de enero después de pasar un fin año tranquilo en el hostal. Nos comimos las uvas utilizando una de las retransmisiones que se hicieron en el estado español que encontramos en el YouTube y que cuadramos a nuestro criterio con las 00:00 en Argentina.
El primer bus nos llevó a Neuquén, capital de la provincia con el mismo nombre. A Neuquén llegamos a las 13 horas del día 3 después de las 17 horas de viaje que tardamos en cruzar el país de la costa a la cordillera andina. Por primera vez entrábamos en la Patagonia Argentina, que se extiende desde aquí (un poco más al norte) hasta Tierra del Fuego.
Allí, en Neuquén capital, que no había mucho por hacer, esperamos hasta las 11 de la noche para tomar el segundo bus del recorrido que nos llevaría hasta Junín de los Andes. A destino llegamos, por fin, a las 05:30 de la mañana, y al bajar del bus nos recibió ese frío andino que no teníamos muchas ganas de volver a encontrar (suerte que aquí estamos en verano).
El motivo de llegar a Junín era entrar al Parque Nacional Lanín, donde se encuentra el volcán que da nombre al parque. Así que en 2 horas de autobús desde Junín y pago de entrada al parque (los extranjeros pagan 3 veces más que los nacionales) llegamos, por fin, al final del recorrido, a orillas del lago Paimún.

Al día siguiente nos levantamos con la intención de subir a la base del volcán Lanín pero amaneció lloviendo, bueno, había llovido durante toda la noche así que dedicamos el día a no hacer mucho, y lo pasamos junto al fuego, que era dónde mejor se estaba, con la esperanza que al día siguiente el tiempo nos fuera favorable y así poder llegar a la base del Lanín.
Por suerte así fue, de hecho, días como el que nos hizo, sólo hemos visto unos poco hasta la fecha de hoy.