El día 9 de junio de 2009, hoy hace 1 año, 6 meses y 5 días, salimos por primera vez de casa con la mochila a cuestas, y hoy, 14 de diciembre de 2010 podemos decir que este cuento ha llegado a su fin. Solamente daros las Gracias por la compañía y los ánimos durante esta historia, han sido muy importantes para nosotros. A través de este blog hemos tratado de explicar nuestro día a día, esperamos que os haya entretenido. Esta es por tanto la última entrada del blog, cerramos por vacaciones hasta el próximo viaje… pero, paso a paso.En un ratito nos vemos…
Visitamos nuestro último fuerte y entramos en un templo Jainista, cosa que no habíamos hecho hasta el momento, y la verdad es que son una obra de arte; seis mil seiscientas sesenta y seis figuras talladas conforman columnas y paredes del templo. Asistimos a una representación tradicional de marionetas con música popular en directo y vimos atardecer sentados sobre una de las pequeñas dunas del desierto del Thar. Maletas preparadas, última parada, Delhi.
Udaipur y Jodhpur ubican dos de las construcciones que sirvieron a los diferentes maharajas de estas dos ciudades. En Udaipur visitamos el palacio real que empezó a construirse en 1600. Desde el piso más alto se puede ver el lago Pichola; en 1754 se construyó en una de las islas de dicho lago otro palacio como residencia de verano del Maharaja. Hoy en día el palacio funciona como un hotel de lujo.
A Jodhpur la llaman la ciudad azul por qué antiguamente se pintaban las fachadas de las casas con índigo, tinte natural de dicho color que mantenía frescas las casas y alejaba a los mosquitos. En lo alto de la colina se erige el impresionante fuerte Meherangarh hoy en día todavía propiedad del último Maharaja de Jodhpur que ha decidido sacar rendimiento al lugar abriéndolo al público y así también para mantenerlo en buen estado.
Durante nuestra estancia en Bundi se celebró el festival de la ciudad, pero por las condiciones climáticas la mitad de los actos se cancelaron. Asistimos a “los juegos tradicionales” como espectadores. Las mujeres jugaban “al pañuelo” así que de tradicional indio poco; y en los otros dos juegos que vimos sólo participaban hombres y no supimos el nombre ni entendimos muy bien de que iban. El primero de ellos lo jugaban 2 equipos en un campo pequeño y varios de los participantes acababan persiguiendo a otro, imaginamos que del equipo contrario, hasta que lo tumbaban al suelo. El otro de los juegos consistía en apilar piedras y lanzarle una pelota de tenis para tirar el montón al suelo… tampoco sabemos el nombre ni llegamos a entender porque corrían los participantes.
La primera noche que pasamos en Bundi conocimos a Raju, y dos días más tarde nos invitó a cenar en su casa. Y es que la gente de estas tierras, a excepción, por lo general, del que te quiere vender algo, es de por si e históricamente hospitalaria con todos sus visitantes.
De Agra nos fuimos a Jaipur, la capital del estado de Rajasthan, por donde hemos decido viajar estos últimos 28 días. Jaipur, la cual llaman la ciudad rosa por el color que tienen la mayoría de las fachadas de la vieja ciudad, es un lugar estresante de más de 3 millones de personas. Aún así pasamos un par días, mientras visitamos la ciudad amurallada y sus enormes mercados.
Gracias a esto Sapa se ha convertido en un lugar muy turístico a la vez que ha generado que cientos de mujeres de los pueblos aledaños lleguen al lugar en masa para vender sus artesanías. Bajo el lema “You Buy for Me?” (¿Tu compras para mí? – literalmente) persiguen al visitante por las calles intentando entablar conversación: ¿cómo te llamas? ¿de dónde eres? Ellas también te cuentan para ver si la relación con el perseguido fructifica en una venta. Tarde o temprano su lema “you buy for me?” (todas te preguntan lo mismo) acaba apareciendo en la conversación, y les dices, “No, sorry, no buy for you”, y te siguen persiguiendo, y te dicen “tomorrow, you buy for me?”, y tu le dices, que no, que si hoy no le compras que mañana tampoco; porque el error es decirles que mañana igual si les compras, porque se acuerdan de tu cara y al día siguiente te encuentran y te recuerdan que ayer les dijiste que hoy les comprarías… y en fin, que nunca se acaba. Evidentemente, no les negamos a estas mujeres el derecho de ganarse la vida y sobretodo reconocemos el esfuerzo que supone pasarse todo el día intentando perseguir a personas que literalmente pasan de ti.
Llegamos a Sapa pronto por la mañana después de pasar la noche en el tren, en categoría “asiento duro”… no hace falta más explicación. Una vez allí alquilamos una moto y nos fuimos a ver los pueblos y paisajes de los alrededores. Miles de campos de arroz, en esta época del año ya cosechados, se extienden por todos los valles de la región, y las tribus indígenas, muy preparadas para recibir turistas se encuentran a pocos kilómetros la redonda.Allí también celebramos el cumpleaños de Patri, con pastel y 29 velas.