Un dia gris en una ciudad gris

Lima no nos dijo mucho, por lo que tampoco tenemos mucho que decir de ella. Mucho tráfico, mucha gente, pero con poco encanto. Tiene playa pero el clima no la acompaña, bueno quizá será porque aquí estamos llegando al invierno…

Así que intentamos buscarle un poco de color… Primero nos paseamos por el centro de la ciudad en dirección a la plaza de armas, y bien, tiendas y más tiendas, centros comerciales, tiendas de electrodomésticos, Mc Donalds y sus imitadores locales, y tantas otras cadenas de fast food , etc, etc, en fin, un encato… y la plaza de armas que por supuesto, no cambia mucho de las demás plazas de armas del Perú… Luego nos tomamos unos piscos (bebida que tampoco sabemos con certeza si es peruana, ya que los chilenos también reclaman su creación) para ver si el lugar dejaba de tener ese color gris i no resultó mucho... después nos dirigimos a ver un espectáculo de fuentes de colores acompañadas de música pero era martes, y el espectáculo era de miércoles a domingo.

Así que el único toque de locura que nos ofreció la ciudad fue de regreso al hostal cuando, nos encontramos con un Tanque del ejército que apuntaba con el cañón directamente a nuestra persona. Y bien, nunca nos había apuntado un Tanque a la cara por lo que flipamos un poquito… no reaccionamos ni para tomar una foto, y menos cuando el tipo (por no llamarlo de otra manera) que controlaba el aparatito no paraba de reírse al ver nuestras caras… Bien, aclarar que el Tanque estaba situado en una esquina, a modo de defensa, del Ministerio de Defensa, valga la redundancia.

Un dia gris en una ciudad gris

Lima, Peru