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Cómo cruzar la frontera y sí perder la fe en el intento
Muang Khong
,
Laos
No, no hemos tenido problemas con el visado. Tampoco nos han intentado timar los policías de la frontera, al menos no más de 1 dólar por cabeza, que es bastante aceptable. Tampoco se nos ha quedado atascado el bule en ningún arcén, esta vez no.
Pero el viaje ha sido una pesadilla, y nos han dejado tiradas, tiradísimas, en mitad de la nada, eso sí.
En Ban Lung se nos ocurrió la idea de reservar un viaje organizado a Don Det, nuestro primer destino en Laos. Sorprendentemente, salía más barato que coger transporte público, y más fácil, más cómodo, más todo, no sé, supongo que un capullo con mucha labia y un ego enorme nos convenció. Supongo también que debió resultarnos sospechoso, pero no, confiamos en Narciso y no nos ha salido muy bien la cosa.
El primer transporte era un minibús... sonaba bien, hasta que descubrimos que el hecho de que el minibús se llenara para nada significaba que dejara de entrar gente. 12 plazas, 25 personas. Todo un ejercicio de aprovechamiento del espacio. Un sol abrasador pegándonos en toda la cara, y el codo de el de al lado en el estómago, más los ya acostumbrados karaokes a viva voz en la pantalla. El segundo minibús era más bien una furgoneta hasta las trancas de mierda, pero bueno, todo bien. Nos dejó en la frontera y nos dijo que, en media hora, vendría alguien a recogernos. Tampoco eso nos resultó sospechoso.
Pero no apareció nadie, ni en media hora, ni en dos, ni cuando se acercaba peligrosamente la noche. Lo bueno? Que matamos el tiempo jugando a la petanca con los encargados de la aduana, con una comunicación reducida a las palabras "good" y "I win" y muchas risas.
Jugando a la petanca con los coleguitas de la aduana para matar el tiempo
Y el buen samaritano que nos recogió para dejarnos en el pueblo más cercano y no aceptó nuestro dinero a cambio. Lo malo? El cabreo monumental y las ganas de meterle a Narciso todo lo que encontremos por sus partes nobles.
La broma nos ha supuesto más dinero, una noche en el hostal más sucio de Asia y tiempo perdido, pero supongo que, esta vez sí, hemos aprendido la lección. No hay que fiarse de los hombres cuyo ego sea más grande que... sus pies.
written by
NuiM
on November 10, 2008
from
Muang Khong
,
Laos
from the travel blog:
Un viaje por el sudeste asiático
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