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Un viaje por el sudeste asiático

a travel blog by NuiM



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Relax, this is just paradise

Muang Khong, Laos


Shhhhhhhhh, silence please. Take off your shoes, place your ass on that hammock, close your eyes and concentrate on the sound of the Mekong River's flow and the smooth breeze carefully moving the palm trees. Welcome to the 4,000 islands, the one and only Paradise on Earth...
No cars, no electricity, no hurries, no worries whatsoever. If you need to eat, just wake the waiter up (most likely he will be taking a nap in one of the benches) and order your food approx. 1,5 hours before getting hungry, cause that's what it'll take to be served. Rent a bike and cover the length of an island in about 1 hour. Just be careful when crossing the bridges, and try not to look down, cause they're literally falling apart...
Watch the peasants working in the rice fields at 6 a.m. Here the wet season is over and they're already dry, yellow, so different from the Cambodian live green...
Envy the kids and the buffaloes taking a break from the sun on the banks of the river...
Loose your breath contemplating the greatness of the Mekong rapids, and take a splash in the beach just a few meters behind...
Try to fit your backpack in one of the highly stable (please note the irony) wooden boats, and let's go for a ride...

We kindly ask you to leave Western assumptions behind, this is Laos, and we just take it really, really, but really, easy.

permalink written by  NuiM on November 12, 2008 from Muang Khong, Laos
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Oh yeah, a Temple

Champasak, Laos


We've stopped at Champasak in our way to Pakse just to visit the famous Wat Phu, a World Heritage Site carefully hidden inside the slopes of the mountains. Unfortunatelly, after visiting the temples of Angkor in Cambodia, no other religious structure will ever be able to take our breath away...
No problem, it was worthy anyway, cause the hostel has HOT WATER! And we've had the great pleassure of having the 2nd hot shower of the whole trip. The weather is a little bit gentler in Laos, cooler at night and in the morning, so believe me, this was good. And we're gonna miss it!


permalink written by  NuiM on November 13, 2008 from Champasak, Laos
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Let's play Guiri

Pakxe, Laos


Ayer mismo comentábamos con cierto desánimo durante la cena que Laos, a pesar de las grandes expectativas que teníamos, aún no había conseguido agarrársenos al corazón con la misma rotundidad con la que nos hemos quedado prendadas de Camboya.
A primera vista, la gente puede resultar más seria, más hecha a los turistas, más acomodada, infinitamente amable, sí, pero no permanentemente sonrientes, como nos habían malacostumbrado los camboyanos. Suponemos que en parte se debe a que, hasta ahora, sólo nos habíamos movido por zonas muy turísticas, hermosas pero en cierta manera artificiales.
Después del día de hoy, sin embargo, ya podemos decir que nos hemos rendido al Laos más rural, a las pequeñas aldeas pobladas por minorías étnicas repletas de ritos y costumbres propios, tan diferentes, a sus sonrisas y sus saludos, con los que nos hemos reencontrado. Ya llevamos, inevitablemente, la emoción otra vez metida en la mochila.
Y todo gracias a una excursión organizada... Hasta ahora nos habíamos resistido a ellas, por el precio, por la cara de guiri que se te queda escuchando al guía y, en definitiva, porque nos mola aventurarnos, buscar los sitios por nuestra cuenta, perdernos, volvernos a encontrar. Pero este tour se nos plantó en las narices en un momento de desesperación por no encontrar una forma factible y barata de movernos, y allá que fuimos.
En parte, lo típico: cataratas, mucho paisaje, mucho río, plantaciones de té y café, y esas cosas. Pero por lo que nos alegramos, dado que no podríamos haberlo hecho por nuestra cuenta, es por la visita a las aldeas, donde las mujeres tejen y recogen el grano, los hombres construyen cabañas y herramientas, los viejos observan y obsequian al recién llegado, los niños corretean asalvajados con la euforia de la libertad dibujada en la cara, y los cerdos te rodean por todas partes.

Son aldeas de 40 o 50 casas a lo sumo, sin agua ni electricidad, pero con la hospitalidad a flor de piel. Entre sus ritos más llamativos, el sacrificio del búfalo, que llevan a cabo cada año con la participación de las aldeas vecinas; la iniciación al tabaco, que se considera purificador y que hombres y mujeres fuman ya desde los 3 o 4 años; o la costumbre de guardar el ataúd de los más viejos o enfermos ya preparados bajo la cabaña, para cuando llegue el momento. Lejos de resultar macabra, esta costumbre revela una aceptación de la muerte admirable, y un sentido práctico de la vida que les lleva a desenterrar los ataúdes 3 años después para poder reutilizarlos.
Así que jugar a ser guiris ha merecido muy mucho la pena por una vez, más aún teniendo en cuenta que una parte del dinero va directamente para ellos, para sus escuelas, sus pozos, y su sobrevivir cotidiano.



permalink written by  NuiM on November 15, 2008 from Pakxe, Laos
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33 cosas curiosas que te pueden pasar en un autobús

Savannakhet, Laos


NOTA ACLARATIVA: La información contenida en este post es verídica (lo del pollito también). Aunque algunos datos puedan parecer alteraciones de la realidad o meras exageraciones, no hemos permitido que nuestro origen andaluz influyera en ellos. Este juramento no se aplica, sin embargo, a los demás posts publicados o por publicar.

1. Que se le pinche una rueda.
2. Que se le pinchen dos ruedas.
3. Que el pasillo esté lleno a reventar de sacos y maletas y tengas que escalarlos para llegar a tu sitio.
4. Que te vayas dando golpes en la cabeza con el techo y todo el autobús se parta el culo abiertamente.
5. Que no quede sitio y tengas que sentarte en una silla de plástico tamaño pigmeo en el pasillo.
6. Que en los asientos haya tantas cáscaras (naranja, plátano, huevo, etc.) que sea realmente difícil encontrar uno decente.
7. Que el conductor decida poner un vídeo de karaoke y suba el volumen unos cuantos decibelios más de los que puede soportar el oído humano.
8. Que el conductor decida poner una peli mezcla de humor absurdo y peleas surrealistas al mismo volumen.
9. Que el CD se corte todo el tiempo con los baches, pero no lo quiten.
10. Que en cada parada suban entre 12 y 15 personas al autobús vendiendo fruta, carne, arroz, dulces, huevos, bichos fritos y semillas varias.
11. Que los laosianos te regalen las semillas que acaban de comprar y te enseñen a pelarlas y a tirar la cáscara al suelo sin remordimientos.
12. Que compres un huevo duro y resulte que no es un huevo duro, sino un feto de pollito al vapor.
13. Que no haya aire acondicionado y viajemos con puertas y ventanas abiertas, creando nuestra propia versión cutre de Lo que el viento se llevó.
14. Que le hagas una foto a una vendedora ambulante y ella saque su cámara y te haga una a ti.
15. Que no quede sitio en el maletero (por lo que sea) y tengas que subir al autobús con la mochila de 70 litros a cuestas.
16. Que el autobús tenga goteras.
17. Que el autobús pare en mitad de la nada y todo el pasaje se baje a mear entre los arbustos, hombres y mujeres.
18. Que la peña sea capaz de tomar sopa sin echársela encima, teniendo en cuenta que los caminos no están asfaltados.
19. Que tardemos 6 horas en recorrer 230 kilómetros.
20. Que no sea un autobús, sino un "Sawngthaew" que le llaman y que, además de resultar impronunciable, consiste básicamente en una furgoneta con dos banquitos detrás, pero funciona talmente como un bus local, provincial, o lo que se tercie.
21. Que el Sawngthaew no salga hasta que no se llene.
22. Que el Sawngthaew no salga porque no se llena.
23. Que algún pasajero encienda un cigarro y ahúme al resto sin contemplaciones.
24. Que la gente de los poblados por los que vas pasando sean capaces de ver a 500m que eres guiri y te saluden con un SABAIDIIIIIII (saludo nacional por excelencia) a viva voz.
25. Que el conductor te confirme (por señas) que va a la ciudad que quieres, y luego resulte que hay que cambiar dos veces de bus y coger otros 3 medios de transporte para llegar.
26. Que el conductor ponga tus maletas en la baca del Sawngthaew, te pida que le esperes ahí y desaparezca con el Sawngthaew y las maletas.
27. Que, efectivamente, vuelva una hora después y con el Sawngthaew lleno hasta las trancas para recogerte. Y que tus maletas sigan ahí.
28. Que no sea humanamente posible que quepa nadie más y, aún así, sigan entrando.
29. Que los viajes sean carísimos, pero no nos estén timando, porque los locales pagan lo mismo, por una vez.
30. Que se monte una señora con gallinas y patos vivos y sueltos.
31. Que paremos a comer dos veces en un trayecto de 3 horas.
32. Que los asiáticos sean tan extremadamente correctos que sean capaces de quedarse de pie o tremendamente incómodos antes de quejarse, pedir un hueco, o incluso apartar el equipaje apilado en los sitios de atrás para poder sentarse.
33. Que Nuria se levante y organice a los desubicados, ante la mirada más que atónita de todos los presentes, servidora incluida.


permalink written by  NuiM on November 17, 2008 from Savannakhet, Laos
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El mito de la caverna

Ban Na Hinu (2), Laos


Estando en Savannakhet, donde paramos básicamente a descansar de tanto bus, decidimos ir a visitar una cueva que, según habíamos leído en la Biblia (también conocida como Lonely Planet), tenía 7km de largo, se podía recorrer en barco y estaba un poco más al norte, en un parque natural.
Bien informadas, nos fuimos a Tha Khek, desde donde podríamos llegar fácilmente a la cueva. Pronto descubrimos que el concepto "fácilmente" implicaba 3 días de duro trekking al módico precio de unos 100 dólares por gorra, o bien 2 días en una moto de marchas que no sabíamos conducir, por una ruta que vaya usted a saber, al módico precio de más o menos lo mismo. O bien, venir en autobús a Ban Na Hin (o Ban Khounkhan, ya sabéis, dos nombres), desde donde sería aún más fácil, si cabe, llegar a la cueva.
Para Ban Na Hin que nos vinimos, con tan mala suerte que el bus se fue quedando sin pasajeros y, por tanto, no podía seguir ruta, pues no le saldría rentable. Una hora esperando en mitad de la nada y apareció otro autobús, sin problemas. En total, unas 4,5 horas para unos 130 km.
En principio no había transporte a la cueva hasta el día siguiente, y digo en principio porque no tardaríamos mucho en averiguar que más bien no había nunca. Si acaso podíamos intentar ir (en un bus que sólo saldría si se llenaba), dormir allí en alguna casa particular e intentar volver cuando encontráramos un autobús y gente para llenarlo.
Tras muchas cavilaciones, decidimos que sería más fácil y más barato aprender a conducir la moto de marchas. Y así conseguimos darle un final feliz a esta historia, encontrando "fácilmente" una cueva que ya creíamos mitológica y, todo hay que decirlo, flipando en colores varios cuando ya por fin logramos entrar en ella.
Hemos recorrido en una especie de kayak sus 7km de largo, con una altura y un ancho impresionantes, en la más absoluta y espectral oscuridad sólo paliada por las linternas de los conductores de nuestra canoa. Nos hemos bajado a ver estalagtitas y estalagmitas y a pincharnos los pies de mala manera con las piedras del fondo.
Y hemos conocido a una pareja ítalo-catalana con la que luego hemos quedado a comer y nos hemos echado unas muy buenas risas.
Lamentablemente, la fotografía aún no ha avanzado lo suficiente como para captar y poder transmitir gran parte de la belleza del lugar, que nos ha dejado literalmente mudas de la impresión. En cualquier caso, ojalá estas fotos, mezcladas con mucha imaginación, sirvan de algo...


permalink written by  NuiM on November 19, 2008 from Ban Na Hinu (2), Laos
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Una proposición indecente

Vientiane, Laos


En este viaje estamos conociendo a muchos occidentales que, ya jubilados y sin apego particular a sus lugares de origen, se trasladan a estos países, donde pueden llevar una vida interesante pero tranquila, aceptablemente cómoda, sin lujos ni estridencias, pero alejados del mundanal ruido y el aburrimiento estresado de la otra cara del mundo.
Muchos son ya experimentados viajeros con grandes historias que contar de Asia, de Sudamérica, de África. Muchos, también, viven aquí una segunda juventud, con cierta facilidad para encontrar una novia local, joven y guapa, sin tener que sufrir la condena que nuestras sociedades lanzan enseguida contra las relaciones en las que el interés puede resultar un poco más indiscreto que en las demás.
Hoy, en uno de estos encuentros, un marinero jubilado y ligón incansable húngaro-neozelandés nos ha propuesto irnos con él a Nueva Zelanda, a vivir navegando en su barco y disfrutando de una belleza tal que, según promete, "after a while you'll be looking forward to seeing something ugly". Es para pensárselo. En fin, no tenemos casa, ni trabajo, ni un plan de vida coherente. Pero al final nos ha confesado que ya ha invitado a dos japonesas que, sin saber la una de la existencia de la otra, han aceptado, y el miedo a ser multitud en el camarote nos ha llevado a rechazar tan tentadora oferta. Con las reservas que implica la locura que la envuelve, yo juraría que el tipo iba en serio.
Personajes como este abundan en Vientiane, una capital de 250.000 habitantes (y decíamos que Ámsterdam es pequeña...) que se puede recorrer en medio día, vagabundeando entre turistas y chalados. No deja de ser divertido, pero el alojamiento es bastante caro y, como consecuencia, hemos acabado metidas en un agujero de dudosas condiciones higiénicas, sólo comparable al de la primera noche en Bangkok. Así que mañana mismo nos vamos, antes de que los chinches decidan ensañarse con nosotras.


permalink written by  NuiM on November 21, 2008 from Vientiane, Laos
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Same same, but different

Vang Vieng, Laos


Vang Vieng is a pretty famous tourist spot in Laos, especially among the backpackers, because of its party atmosphere and dramatic landscape, ideal for practising extreme sports.
It sounds fun but, unfortunately, so much tourism is ruining the stunning magic of its emplacement, as it has led to the opening of hundreds of bars advertising cheap beer and whisky shots, with a loud TV broadcasting Friends episodes all day long (24 hours non-stop, really). Also too many young beautiful bodies hanging around in bathing suit, which is not really acceptable in Lao culture, with their beer cans and sunglasses. The same as any other party town in any other country. It's OK, but we didn't come this far to end up in Costa del Sol...
The short visit was worthy anyway, cause if you rent a bike and run away from the centre, the landscape is amazingly beautiful, and Laos is still Laos.
We're heading to Luang Prabang tomorrow, ready for a 8-10 hours tedious bus trip. Wish us well.


permalink written by  NuiM on November 22, 2008 from Vang Vieng, Laos
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Yes, indeed

Luang Prabang, Laos


During this trip, we've come across many other travellers who were following similar routes, in other direction, in a different order, but with the same essential stops. We always take this chance to exchange some info: Where have you been? Was it nice? Is it expensive? Is it worthy? Of course everything depends on your interests, likes and dislikes, but a quite common response was 'You're gonna love Luang Prabang'.
At some point we even became worried, maybe it's too crowded, too many tourists... And touristy it is, but trust me, who cares? This place is just awesome. We both agree that it's likely to be the most beautiful place we've ever seen. That's not very objective anyway, cause the excitement of what's happening right here, right now, the present emotions, always overcome the past. I actually remember having the same thoughts about many places during this and other trips, especially in the last couple of years.
The thing is I was expecting a bigger town, something like Siem Reap, and this is a tiny village surrounded by mountains and enclosed by two rivers, carefully preserved, with lovely quiet streets merged with a stunning landscape.
There are also many, but many temples, some of them very impressive, as this is the spiritual and religious centre of the country. It was also the first capital of the country... a pretty small one but...
The black spot? Well, there's a market. A really really nice market, colourful, with plenty of amazing and cheap stuff. We've bought too many things... And now our backpacks are much heavier and our budget much lower... Anyway dealing with the sellers has been such an experience, I've never bargained so much in my entire life. And it works! Especially if you're the first client of the day... then they lower the price quite a lot and, after the deal is made, they touch all the items with the money you gave them, so it'll bring them luck for the day... We're the lucky ones anyway, we've been since we decided to make this trip.


permalink written by  NuiM on November 25, 2008 from Luang Prabang, Laos
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En busca del Akha perdida

Muang Sing, Laos


En esta región del norte de Laos hay una gran variedad de tribus y minorías étnicas que viven en aldeas escondidas entre las tropecientas y pico de montañas de la zona.

Ya habíamos visto a algunas mujeres de algunas de estas tribus, y ya nos habían llamado mucho la atención por su atuendo y su lengua, muy particulares. En Luang Nam Tha nos hemos encontrado con varias mujeres Akha, vendedoras sagaces que con mucha labia (cargada de parrafadas en dialecto, obviamente incomprensibles pero muy expresivas y divertidas) te colocan pulseras, bolsos, cinturones y, si te descuidas, alguna de las piedrecitas de opio que llevan escondidas entre las ropas... Estas mujeres tienen algo, imposible de describir, que te envuelve en una nube de irrealidad, de espiritualidad y respeto.
Tanto nos han fascinado que, con nuestra ya típica moto y mapa en mano, nos hemos ido a buscar una aldea Akha supuestamente escondida entre las montañas, a 10km. Y escondida está, porque tras unos 15-20km por un camino de tierra horrible subiendo, bajando y rodeando montañas, no habíamos encontrado la más mínima señal de vida. A punto de volvernos, perdidas y cansadas, hemos visto un grupo de cabañas minúsculas para guardar grano. Un poco más allá, más cabañitas y una familia Akha, que nos observaba como quien ve aterrizar un platillo volante en el jardín de su casa. Los primeros intentos de comunicación fracasaron estrepitosamente pero, tras armarnos de paciencia y hacerles un regalo, conseguimos entender que la aldea estaba unas 4 o 5 montañas más adelante...
Y así nos hemos plantado, como quien cruza una frontera imaginaria, en otro mundo, un mundo repleto de colores donde la vida gira en torno a la luz del sol y la cosecha de arroz, a las casas de madera y los juguetes de caña. Los ojos de los Akha hablan mucho más que sus bocas, nos miran con una mezcla de ironía y cachondeo, ellos también perciben que venimos de otro mundo, de otra vida y de otro tiempo. Conseguir comunicarnos con ellos ha sido una de las sensaciones más especiales de todo el viaje. Quizá por su aspecto tan pintoresco ya atraen, pero no es sólo eso: es su forma de vida, en contacto constante con la tierra, las espaldas cansadas de acarrear madera, las rodillas enrojecidas del frío de la montaña, la piel seca del sol del mediodía, la mirada limpia y serena, de superioridad sobre todas las cosas banales. La vida en esencia, pura y simplificada al máximo, la supervivencia.


permalink written by  NuiM on November 27, 2008 from Muang Sing, Laos
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La soportable levedad del ser

Muang La, Laos


Si Luang Nam Tha era otro mundo, sin duda Muang Khoua debe estar ya fuera del mundo...
Tras entrar en pánico leyendo las historias para no dormir de otros viajeros sobre la frontera que planeábamos cruzar para entrar en Vietnam, decidimos venirnos más al norte, a una frontera aparentemente más fácil, recién abierta y con poco turista perdido pululando. Así hemos acabado en este rincón perdido de la mano de dios, un pueblo con dos calles (pero no lo que se suele decir, sino dos calles de verdad, una a cada lado del río), sin electricidad, sin teléfono, sin nada que hacer más que esperar al bus que mañana nos llevará hasta Vietnam.
Los autóctonos flipan con nuestra presencia, los niños nos tienen miedo, y hay una sola persona en el pueblo (jurado, una sola) que habla inglés, un miembro de una ONG de Filipinas que trabaja ayudando a salir adelante a las muchas aldeas de la zona que se dedican al cultivo del opio y su consumo diario, como analgésico o incluso para entrar en calor, porque entre estas montañas el grajo vuela muy pero que muy bajo.
Lo dulce de todo esto, como comentábamos hace un rato con un californiano loco viajero que ha dedicado su vida a estos menesteres de trotamundos, es que aquí no importa nada más que lo que encierran estas dos calles. Aquí no existen Bush ni Obama, ni los terribles sucesos de Bombay de los que nos hemos enterado de pasada, aquí no existe la política, ni el terrorismo, ni la cultura del miedo y la desconfianza que se ha apoderado de occidente, ni el drama de la inmigración y los muertos del estrecho, ni el desempleo, ni la crisis, ni los bancos, ni el petróleo, ni los egoísmos que mancillan el mundo.
Aquí uno se puede olvidar muy fácilmente de la realidad oxidada en la que vivimos y concentrarse en la corriente del río, el balanceo de los puentes, la vegetación casi agresiva de las montañas, las arrugas de las vendedoras del mercado, las uñas negras desplumando pollos, los dientes picados por el tabaco y el opio, el caminar indiferente de vacas y búfalos, el tic tac de un reloj de pared atrasado o la oscuridad absoluta de una noche sin luces ni ruido alguno. Y ver pasar la vida, tan leve.


permalink written by  NuiM on November 29, 2008 from Muang La, Laos
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